Volando hacia Río de Janeiro, de Thornton Freeland (1933)

29.11.2020

Año 1933. El mundo está en medio de una enorme depresión económica. El cine es fuente de fantasía y evasión para el público. En Estados Unidos no han llegado todavía los directores europeos exiliados para incorporar el mundo expresionista a las películas. Es un cine de mucha luz, y mucha alegría de vivir. Pocos años antes ha llegado el sonido, y la cámara empieza a adaptarse a los nuevos movimientos. Ese mismo año se estrena King Kong: cima del cine de los primeros años de la década en Hollywood.
En esta película aparece un bailarín que hace de coreógrafo: Fred Astaire. No es el protagonista de la película: ese rol lo ocupa un actor llamado Fay Wray, olvidado en las memorias, y la actriz principal es la bellísima mexicana Dolores del Río. Pues ese secundario hace su segunda película, y realiza algunos bailes con una actriz llamada Ginger Rogers. No se soportaban mucho, pero en pantalla su combinación era impresionante. Formaron una combinación que entró en la memoria colectiva de la época con los Hermanos Marx o El Gordo y el Flaco. Se convirtieron en un género en sí mismo. Hicieron diez películas en total: más citadas que vistas creo. De las de Ginger Rogers, creo que sólo he visto "Sombrero de Copa". Todas se concentran en los años 30. Su combinación fue la de una pareja de una época y una estética: el color lo disolvió en gran medida. Su mundo era un mundo de fantasía más de estética de F. Scott Fitzgerald y del primer Hemingway, que no de "Las uvas de la ira" y de la estética de la Segunda Guerra Mundial.
Luego Fred Astaire cambio de parejas de baile, y al final de su carrera, cuando ya no podía bailar tanto, hizo algo parecido a Sinatra: demostró el gran actor que era en algunas notables películas dramáticas.
En esta película inicial: también se combinan sus coreografías con las coreografías grupales tan del gusto de la época, que se mostraban como un mundo de ensoñación de paisajes bellos, decorados enormes en estudio y mujeres hermosas. Fantasías para ocultar el hambre de las calles.
La película además creo que abre una relación entre el mundo de Brasil y Hollywood. Eso también llevó a la fascinación norteamericana por la música brasileña en las décadas posteriores: de grandes resultados artísticos.
Una de mis películas favoritas de la adolescencia era la obra de Stanley Donen: "Lío en Río". Es un homenaje a esta película. Fellini también lo hizo a la pareja Astaire-Rogers. Es objetivamente una película de una enorme influencia. Fue una película que cambió muchas cosas en los años posteriores del cine. No se puede decir eso de muchas películas. Se merece su hueco si se sabe verla y disfrutarla.
Recomendada: Para amantes de Fred Astaire y del cine de los años 30, en su belleza previa al horror de la II Guerra Mundial.