La muchacha de la Quinta Avenida , Gregory La Cava (1939)
En los años 30 se desarrolla un cine de comedias elegantes y sofisticadas con un toque de Art deco en la estética. Probablemente es un tipo de cine que culmina con Historias de Filadelfia de 1940 y La fiera de mi niña de 1938. Es el territorio de Katharine Hepburn, de Fred Astaire, del primer Cary Grant, o de Carole Lombard. También de la gran Ginger Rogers, gran actriz y bailarina, como muestra en esta buena comedia. Cine aristócrata del buen gusto, estaba condenado a desaperecer con la democratización del gusto. Aristocracia de lo bello, frente a lo vulgar. Luego vino la Guerra Mundial y se hizo dificil mantener esta alegria. El cine se tuvo que volver más negro y oscuro. Era el territorio de Bogart y de los espíritus atormentados. Es una suerte disfrutar de la luz de estas películas y del tiempo que no volvió, o regresó modulado de modo diferente: con mucho color. Tiene un poco del espíritu moral de Capra, para sobrevivir al escepticismo y el nihilismo que ahoga y que alimentan los desengaños vitales. Es un oasis en medio del transcurrir de los días. Recomendada para aquellos que todavía confian en que la belleza es mejor que la fealdad tanto estética como moral.